LAS PALABRAS TIEMBLAN
en un tiempo convulso.
El desdichado poeta
llora en la soledad de una noche,
intranquila, por los acontecimientos
que jamás pudo disfrutar.
Las lágrimas grises
inundan la blancura
y su amigo busca, como un loco,
los consuelos de los silencios.
Desean encontrar
el camino para poder huir
de sus miedos,
quiere convocar a sus compañeras
y dibujar el ansiado poema.
Es muy duro escapar
del destino.