LA SENDA, ASUSTADA, SE PIERDE
por la niebla espesa
del atardecer. Desaparece,
de pronto, entre las cenizas
resecas de los recuerdos.
Seres queridos se perdieron
por caminos desconocidos,
extraños, donde su ausencia,
repentina, cambio
el rumbo de los sueños.