EN LA PÁGINA EN BLANCO
los silencios bailan
danzas extrañas.
Las palabras, nerviosas,
tratan de mantener
la cordura.
Desean abrazarse
y celebrar la llegada
inesperada
del poema azul.
Quieren jugar con los traviesos
versos,
gritar amaneceres limpios
sin reproches taciturnos.
Es preciso acabar con las sombras,
iluminar la blancura
con los cálidos susurros
de las ilusiones eternas,
llenas de radiantes emociones
que nos protegen
de crueles inviernos desaprensivos.
