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domingo, 21 de agosto de 2011

La incompresión del 15-M

Este agosto caluroso de 2011 para muchos está marcado, profundamente, por la visita del Papa Benedicto XVI para celebrar en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud (18-21 de agosto). Con tal motivo la ciudad estaba radiante, engalanada con los colores y las esperanzas desbordantes de los peregrinos de todo el mundo. Sus alegres cánticos han hecho olvidar otros grandes problemas que nos tiene sumidos en una extraña apatía social, problemas relacionados, sobre todo, con la tremenda crisis social que nos asfixia sin piedad y el gobierno no quiere enterarse, a tres meses de las Elecciones Generales prefiere mirar para otro lado, eludiendo sus responsabilidades. Eso sí, ya empieza a provocar, para lo cual la Delegada del Gobierno, encargada de salvaguardar el orden de la ciudad autorizó una Manifestación Anti-Papa que, en definitiva, es otra manifestación del Movimiento 15 M y sus comparsas. El Gobierno sabía lo que iba a pasar. Lo más indignante es que la policía, harta de provocaciones por parte de esos cafres, no pueden actuar contra esos energúmenos: les pueden orinar encima, quitar la gorra, insultarles y otras muchas cosas realizadas con todo cariño imaginable. Ellos tienen que aguantar el tipo. Mientras, los numerosos peregrinos, perseguidos y vejados por estos energúmenos gubernamentales han de salir huyendo para no herir la exquisita sensibilidad de estos indignados. Los policías, maniatados, observan con gran tristeza como los jóvenes peregrinos, sin comprender nada, son expulsados de la Puerta del Sol, plaza emblemática del pueblo madrileño y que, desde las pasadas Elecciones Municipales, este movimiento antisistema, porque eso es lo que realmente son, quieren hacer suya a toda costa; se ríen de todo el mundo enarbolando sus banderas de incomprensión. Ante estos hechos tan lamentables el Gobierno no hace nada y la ‘’Señora Delegada’’ está desaparecida.
Buena imagen están dando de España. Tanto el Santo Padre como los abnegados peregrinos nos dejaran a partir del domingo y nos quedaremos solos con nuestro penoso Vía Crucis.

Firmado: un verdadero indignado

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