TODOS GRITAN.
se interrumpen,
no se escuchan,
se niegan a valorar
cualquier opinión
que no sea suya.
Lo ajeno es un peligro
que hay que destruir
a toda costa,
es un riesgo del que debemos
escapar, un peligro
inminente del que hay
que huir si no queremos
perecer en el olvido.
Todos gritan y las palabras
dejan de tener sentido.
El hombre es un vulgar pelele,
autómata del destino.
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