EN ESTA SOLEDAD MÍA
busco nuevas ilusiones
en los recodos del camino.
Las palabras me empujan
al abismo de las desdichas
donde la blancura se cubre
de una dolorosa niebla.
Los relojes, con ironía,
me regalan un tiempo gris,
los versos se descomponen,
todo desaparece
entre una multitud
de máscaras asesinas.
Mi soledad, esta perpetua y
vieja compañera de viaje,
me guía hacia un horizonte
que se diluye lentamente.
Seguiré la estela
de los pasos perdidos.
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