YA LLEGÓ EL VERANO
con la misma música de siempre,
idéntica a otros veranos.
La fuente vomita las sensaciones
aburridas y cansadas
de atardeceres soñolientos.
Mi reloj no funciona,
los minutos andan perdidos
por el valle de los sueños
que se niegan a avanzar
por caminos intransigentes.
Se la juegan cada día,
no aguantan más.
Es hora de arrojar la toalla
y ponerse los bermudas.
Hay que vivir,
lanzarse al vacío sin paracaídas.
Aprender nuevos vocablos
para dibujar versos extraños
sobre las ojeras de la tarde.
El calor aprieta
y el tren de las ilusiones
ya no se detiene
en las estaciones de costumbre.
Es verano y todo vale.
Me echaré la siesta.
Alguien me despertará
para compartir los segundos tiernos
y saborear las fragancias
del buen vino reposado.
jueves, 23 de junio de 2011
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