LA LUNA RADIANTE
se cuela en mi habitación
y, sin permiso.
me roba los versos escondidos
en los rincones del alma.
Trato de disuadirla, procuro
ignorarla. Mis últimos versos
se esconden entre los silencios
grises de la madrugada.
¡Es inútil!
Sus palabras luminosas
deslumbran a los sueños
dormidos del alma.